- Editorial:
- UNIVERSIDAD NACIONAL JOSÉ MARÍA ARGUEDAS
- Año de edición:
- 2014
- Materia
- Amazonía, agro y campesinado
- ISBN:
- 978-612-46791-0-0
- Páginas:
- 314
- Encuadernación:
- Rústica
COSMOVISIÓN Y ÉTICA ANDINA EN LA CONSTITUCIÓN VITAL Y SOCIETAL DE LA ISLA TAQUILE
ALCÁNTARA HERNÁNDEZ, ARRUFO
Taquile, una isla de mayor importancia geoecológica e histórico cultural situada en el corazón del Lago Titicaca, en la región sur altiplánica del Perú, as 45 km de la ciudad capital del departamento de Puno; con una población aproximada de 2000 habitantes quechua hablantes. El centro poblado principal se encuentra a 3,950 msnm, y su punto más alto a 4,100 msnm.
En la percepción mítica taquileña, el espacio socio geográfico de la isla está dividido en dos grandes conjuntos territoriales sensiblemente equivalentes, llamados el Wichay Laru (lado de arriba) y el Laru (lado de abajo). El Wichay representa lo alto, la fertilidad, lo masculino y el poder más fuerte, debido a que en él se encuentran los ancestros míticos o apus protectores mayores el Mulsina y el Taquilipata. Mientras que el Uray es el espacio de abajo, más débil y de sexo femenino representado por el Apu Kuwanupata. A la vez, cada lado se divide en tres subespacios agroceológicos llamdos suyus: Estancia Suyu, Chilkanu Suyu y Chuñupampa Suyu (Wichay); y Killinu Suyu, Wayllanu Suyu y Kullata Suyu (Uray). Denominándose al territorio total como suqtantinsuyu (tierra de seis suyus).
Las familias y la colectividad de la isla se presentan como un laboratorio social para reflexionar al hombre taquileño en su sentido humano integral. Allí encontramos un espacio sociocultural , que muy a pesar de estar inserto en lo más dinámico de la sociedad urbana contemporánea, sigue manteniendo y recreando cultura y prácticas sociales a nivel familiar y colectivo con profundas raíces en su memoria histórico colectiva, vivenciadas a través de un complejo mítico ritual como una realidad viva que se cree que aconteció en los tiempos más remotos, y que desde entonces, aún viene influyendo los destinos humanos; en un ciclo de socialidad festiva, con alto contenido realizativo y legitimizante: en un vasto sistema de sabidurías tecnológicas ancestrales para "criar la vida"; y una convivencialidad humana pautada por una ética vital.