ROMPEOLAS DE ALTAMAR

Cuando el poeta concibe su obra lo hace "como recordando", decían los platónicos (...) "Uno de los efectos de la poesía debe ser darnos la sensación no de encontrar algo nuevo sino de recordar algo olvidado", decía Bradley. El recuerdo del poeta implica la inminencia del descubrimiento, de la invención que la palabra poética traduce con la rapidez y la eficacia del vértigo o del relámpago. Quien realiza este transvase es la emoción que inclusive está más allá del recuerdo: en los intersticios de las indescifrables emociones (mitos, melancolías, sueños, exaltación del ánimo, deliquios, etc.).
Aquella "memoria" -o sueño renovado- es una respuesta a todos aquellos que le quitan a la vida y a lo humano lo que tienen de esencial: la dimensión y el sabor de lo sagrado (...) Este salir de sí mismo sin dejar de ser uno mismo es una suerte de soliloquio que conlleva conversar con las distintas voces interiores agrupadas en la emoción virginal (...) para encontrar la emoción pura, para traer la palabra encarnada... ¡encantada!
Manuel Pantigoso