Violencia, periferia, precariedad y Arequipa. Estos cuatro colores son la base de la paleta con la que se ha pintado R. D. , sin embargo, este proyecto rompe el soporte pictórico para elaborar su propia cinematografía: Augusto Carrasco nos plantea un conjunto de hipervínculos a través de los cuales se abren portales a diferentes universos de la infancia, juventud y adultez de una generación que aún cree en el Perú como una realidad.