En la escritura de Mario Morquencho es recurrente encontrar eventos en los que intervienen todos los sentidos. Además de las imágenes que construye, Morquencho emplea -encuentra- la palabra que captura con precisión la sensación experimentada: si el poeta escribe mientras recorre la ciudad de noche o divaga en una playa frente al mar, el poema recoge algunas de sus propiedas, como la textura de un muro o las densidad del agua.