Los años 80 marcaron nuestro país por lo hechos violentos que se dieron en el Ande o la capital. Este cuentario es la voz de las víctimas de ese fuego cruzado del que no pudieron escapar hombres y mujeres, y que hasta el día de hoy ha dejado heridas profundas que no sanan. Cada cuento, también, es una necesaria reflexión para afrontar el futuro con necesaria memoria y así no repetir la insanía de aquellos turbios años.