Mano dura továrish nace de un sueño en Lima y aborda ese tren tan largo y lejano como la Siberia. El joven arquitecto limeño Ezequiel Wolf se convertirá por obra del autor en ese judío lituano militante convencido de la causa bolchevique –luego de haber sido populista como el hermano de Lenin que terminara ejecutado– y que nos llevará a través de las tres décadas más azarosas de la revolución de los soviets.