Los muertos hablan latín, es una alegoría de la fragilidad terrena y los sorprendentes eventos que giran en torno a la impredecible existencia humana. Páginas extraídas del subconsciente, surrealistas y esotéricas. Sus delirantes imágenes nos conducen a un universo donde el horror a la muerte se transforma en un ritual celebratorio de Eros y placeres espirituales.