César Toro Montalvo, en su libro Antología de la Poesía Peruana del Siglo XX (Años 60/70), nos dice: "La poesía de Jorge Espinoza Sánchez" refleja esa distancia cercana del amor erótico con puntos y señales (...) esa misma poesía posibilita el soberbio verano del placer y el desarrollo de otros temas de largo aliento". Hasta aquí una fase de Espinoza Sánchez. Pero no se ha señalado aún lo suficiente que entre esos "temas de largo aliento" surge, por ejemplo, una poesía fantástica que no se da comúnmente entre nosotros. Se habla de ironía, mezclada a la ternura y a esa expresión de erotismo; pero la fantasía está; y muy especialmente, en "Historia negra", donde nos hallamos ante esas "ratas colilargas", con aquel amor extraño de donde emerge de una roedora el espíritu de "Leonora" de Edgar Allan Poe. Claro que además está la ironía de los "epigramas" balanceándose entre la ternura de "Oráculo" ("Ni arrancar tu llanto de las olas/destrozadas sobre las rocas del olvido"...) y la nota pornográfica de las lesbianas de "Cunnilingus". Hay un tono de novedad, de desparpajo -que pasa por blasfemias que recuerdan al pintor Fernando Botero-, que se bate entre la acción carnal y el misterioso nudo emocional que emerge de las cosas como fantasmas. Jorge Espinoza Sánchez está en la poesía actual, pero con aire propio.
Augusto Tamayo Vargas (En: Literatura Peruana, Tomo III)