Por su lado, Mario Suárez Simich, autor del sesudo prólogo a este libro, señala que “Balmes es físicamente ‘deforme’ y como músico, un artista; ella (Ligia María), prostituta e ‘intelectual’ en el sentido de poseer una sensibilidad que le permite tener una visión crítica de ese universo; marginal resulta también el licenciado Herminio Bisbal, académico que inicia a Balmes en lecturas heréticas, lecturas por las que será quemado en la hoguera”.