NADA ARTIFICIAL

En Nada artificial, Óscar Rentería nos presenta un fresco literario de la ciudad. Lo hace por medio de personajes en apariencia extravagantes, pero que el lector irá sintiendo cada vez más cercanos. Los cuentos de este volumen nos presentan ese "otro" desborde que hemos naturalizado quienes formamos parte de una metrópoli, aquel que los índices demográficos y otros criterios técnicos, muy útiles para describir territorio y organización, no captan ni están llamados a captar. Aquel que subyace a la cifra y se desprende, más bien, de nuestras filias y placeres, de nuestros vicios y nuestras angustias, de nuestros cansancios y rencores, ese que suele tener un rostro que brilla sin importar el día o la noche.

El narrador, por ratos, abre la ventana, pero por lo general sale a la calle: transita, se sube a un taxi, abraza en la esquina del barrio a viejos amigos, le habla a mujeres con intrepidez y otras veces con temor. Todo esto impregnado con un clima como de hastío, donde algo pervive en el aire más allá de la propia voluntad humana, las estructuras que toman rostro en cada historia, y en cada rostro también, se van desfigurando para mostrar no solo dramas personales, sino parte de los dilemas que atraviesa la sociedad misma.