A Mashu Muchelaguito no le gusta mucho la idea de ser un simple murciélago. No puede cazar de día como las águilas, no tiene el olfato agudo de los zorros y definitivamente no puede volar como los cóndores. Entonces, desilusionado, decide abandonar su hogar e irse lejos. Pero un acontecimiento pone en riesgo la vida de todos los habitantes de la puna y Mashu descubre, por fin, cuál es el don de los murciélagos.