LOS ASHANINKA UN PUEBLO TRAS EL BOSQUE

La violencia política y de las economías ilegales de las últimas cinco décadas ha generado una ola de interés en la ciudadanía peruana hacia las poblaciones indígenas amazónicas. Repentinamente, en el contexto de la guerra subversiva vivida por el país, hacia 1989, aparecieron en los diarios, como sombras, entre los árboles y matorrales de los bosques de la selva húmeda tropical, de la llamada selva central, en el piedemonte de los Andes centrales, de las regiones de Ayacucho, Cusco y Junín, los guerreros ashaninka, que defendían sus familias y sus tierras de la violencia surgida de los conflictos irresueltos de la sociedad nacional. Este libro, en su primera edición, en 1994, buscó ir más allá de noticias e imágenes efímeras y mostrar en profundidad la lógica de la dinámica de esta sociedad indígena amazónica en su adaptación ecológica, su organización social y su cosmovisión, así como su enorme capacidad de adaptación a las nuevas situaciones producidas por el contacto con la sociedad mayor. Esta segunda edición, corregida y aumentada, añade al aporte etnográfico de entonces, el resultado de una siguiente etapa de exploraciones y registros etnográficos por parte del autor.
Hilo conductor, a lo largo de la obra, es el rol de la ideología del intercambio en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana de este grupo: en la esfera doméstica de las relaciones entre hombre mujer, en la alianza matrimonial, en el intercambio de bienes que genera la cohesión de toda esta sociedad, en la relación con el líder local y regional, y en la relación con la sociedad nacional. La relación humanos – no humanos (plantas y animales) ocupa también una parte importante de esta obra que pone el énfasis en el estudio de las representaciones y clasificaciones de las presas, las plantas útiles (cultivadas o silvestres) y los recursos minerales como la sal, este último recurso pivote del sistema de intercambios que involucra al conjunto de esta sociedad. Finalmente, en contra de una imagen prejuiciosa en que los ashaninka siempre han sido vistos como un grupo marginal y encerrado en sí mismo, esta obra muestra como esta sociedad indígena ha venido incorporándose silenciosamente a la historia de la sociedad mayor.