INGA Y MANDINGA

"El que no tiene de inga tiene de mandinga", es un dicho bastante usado en el Perú para demoler las pretensiones de querer ser "blanco" a toda costa. En la América hispana se produjo tempranamente el mestizaje entre los colonizadores europeos y los indigenas de estas tierras, proceso que continuó luego con personas venidas de distintos lugares, principalmente con los africanos que llegaron como esclavos. Paralelamente surgieron las grandes diferencias sociales. El racismo, vinculado al clasismo, pervive entre nosotros desde la colonia.

La novela Inga y mandinga refleja esta problemática a través de una familia limeña contemporánea. La narradora, Susana, joven periodista que investiga el tema de la discriminación, da cuenta de situaciones dramáticas entre sus parientes, vinculadas con la pertenencia a diferentes grupos étnicos y clases sociales. Más allá del tono de la piel y el aspecto económico, ha ido descubriendo también desde su infancia el arribismo de algunos, la inmoralidad de otros, la ambición desmedida de varios. Se ocupa de diversas generaciones, reflejando los cambios en el entorno y costumbres de la ciudad. Susana representa a los muchos jóvenes que han emprendido un arduo camino: lograr el verdadero respeto entre todos los peruanos.